martes, 30 de abril de 2013

LAS CÁRCELES DE MADRID EN LA POSGUERRA

LUGARES DE LA MEMORIA

Hace ya algún tiempo que los historiadores franceses pusieron de moda el concepto de lugar de la memoria. Con él se aludía al espacio donde se concentra, refugia y expresa la memoria colectiva. Esto es, recuerdos de un pasado vivido por una colectividad social.

Los lugares de memoria pueden ser de ser de carácter muy diverso: un monumento, un personaje importante, un museo, un archivo, un nombre de una calle, un paisaje, etc., caracterizándose, en todo caso, por una fuerte carga de simbolismo o de emoción. Un objeto deviene en “lugar de memoria” cuando escapa del olvido, por ejemplo con la colocación de una placa conmemorativa, y cuando una colectividad le reviste con su afecto y sus emociones.

La existencia de estos lugares de la memoria tiene su partida cuando un grupo emprende la materialización de la memoria colectiva. En nuestro país, tal objetivo, cuando se trata de conmemorar la lucha en defensa de la legalidad y de la libertad o la represión, suele ser objeto de enconadas disputas, políticas y sociales: memorias en conflicto.

Nuestro espacio imaginario y simbólico está impregnado de huellas del pasado guardadas en la memoria y “corregidas” por la historia cuando no es ésta la que los impone. Mirando hacia los países democráticos que nos rodean observamos con cuanto respeto conservan la memoria de los lugares donde los demócratas combatieron y perdieron la vida en la lucha contra el fascismo y el nazismo.

Sin embargo, en Madrid, muchos de los testigos y elementos que podían servirnos como parte de esa memoria, han desaparecido o se encuentran en gran peligro de no actuarse con inmediatez (“Defensa de Madrid”, tapias de cementerios, cárcel de Carabanchel, etc.), perdiéndose una gran parte de la memoria de este período.

Como señalaba Reyes Mate en un artículo publicado en el diario El País, el 12 de abril de 2004: “En Francia, Italia o Alemania hay “lugares de la memoria” en los que se conserva el pasado, se le comunica a las nuevas generaciones y se reflexiona sobre su actualidad. [...] Y en Berlín, en la misma calle que otrora fuera la sede de la Gestapo y de las SS, la Wilhelmstrasse, el viandante puede con sólo echar un vistazo hacer presente la topografía del terror gracias a una elocuente exposición abierta al público y a la calle.”

Referido al tema que nos ocupa, la represión en la posguerra, y más particularmente la cárceles madrileñas, no existe en nuestra ciudad ningún “lugar de la memoria”, con tal sentido histórico, pedagógico y de investigación.[2] Paulatinamente, van desapareciendo del paisaje madrileño las cárceles, las pruebas visibles de la represión.[3] Los lugares de la memoria de la represión son de momento no-lugares, es decir, espacios sin señales externas que sólo subsisten en la memoria de sus protagonistas y allegados.

Memoria, oral o escrita, a la que me he visto obligado a recurrir, ante la ausencia de datos en los archivos públicos consultados, en busca de información sobre la localización de los centros de internamiento en el Madrid de la posguerra: Archivo Histórico Nacional, Archivo General de la Administración, Centro Victoria Kent, en Yeserías e Instituciones Penitenciarias.

MADRID, ITINERARIO DE LA REPRESIÓN

Nada más ocupar Madrid, el 28 de marzo de 1939, la Policía Militar del Ejército del Centro, a las órdenes del teniente coronel de Caballería Francisco Tonel, asumió la tarea de mantener el Orden Público en la capital, contando con los servicios del Cuerpo de Investigación y Vigilancia y de Seguridad y Asalto, además de la colaboración de la llamada “quinta columna” la cual venía manteniendo contacto con el Servicio de Investigación Militar desde hacía dos años. Según declaraciones del Jefe del Servicio Nacional de Seguridad, coronel Ungría, al diario ABC: “Es evidente la utilidad que para nuestros servicios de seguridad ha representado el encontrar en orden de perfecto funcionamiento los antiguos organismos de la Policía “roja” y, lo que es más interesante, sus archivos, en que, tras una breve labor de clasificación, resultarán de manera clarísima las conductas de cuantos han sido actores en el terrible drama español”.

Sobre esta base, desde el primer momento, se pondrá en marcha una tupida red de carácter represivo, con núcleos, como tendremos ocasión de ver, en todos los distritos, dirigida a laminar mediante el terror cualquier posibilidad de resistencia de la población frente al “nuevo” régimen, dejando clara la división entre vencedores y vencidos.

“Bastaba que cualquiera, una vecina, un compañero de trabajo, una viuda o un familiar de algún muerto por los rojos se presentase en una comisaría, un cuartelillo de la Guardia Civil o un centro de Falange, denunciando sin demasiadas precisiones las ideas o los hechos de cualquiera, para que la persona fuese detenida, maltratada y enviada a pudrirse a la cárcel”.[5]

Madrid se convierte en una inmensa cárcel. Los puestos de control, las Juntas de clasificación/depuración, los comedores de Auxilio Social, las comisarías, los cuarteles de la Guardia Civil, los centros de Falange, los tribunales, los cementerios forman parte de un mismo sistema, cedazos de distinta malla, pero cedazos al fin y al cabo.

1. Puestos de control.

El 1 de abril de 1939 se establecieron 8 puestos de control para la entrada y salida de viajeros, siendo puesto a disposición de la autoridad militar quien lo hiciera por otro punto: Puesto de control número 1: Puerta de Hierro; Puesto de control número 2: Puente del Rey; Puesto de control número 3: Puente de Toledo; Puesto de control número 4: Puente de la Princesa; Puesto de control número 5: Puente de Vallecas; Puesto de control número 6: Ventas; Puesto de control número 7: Chamartín; Puesto de control número 8: Fuencarral.

2. Comedores de Auxilio Social y Juntas de Clasificación.

2.1. Comedores de Auxilio Social. Dada la situación de desabastecimiento que sufría la capital, Auxilio Social asumirá como principal tarea el reparto de la comida, estableciendo para ello una serie de lugares a los que se verán obligados a acudir los vencidos, haciéndose así “visibles”. El 1 de abril, Auxilio Social repartía 860.000 raciones en frío y 200.000 en caliente.

- Para quienes contaran con cartillas de abastecimiento en: Distrito de Hospicio, en Fuencarral, 93; Distrito de Chamberí, en Fuencarral, 103; Distrito de Congreso, en Prado, 14; Distrito de Hospital, en Fe, 1; Distrito de Incluso, en Toledo, 61; Distrito de Palacio, en Preciados, 67; Distrito de Buenavista, en Plaza de Salamanca, 6; Distrito de Centro, en San Martín, 1; y Distrito de Universidad, en Gaztambide, 27.

- Para los evacuados sin cartilla en: Los manchegos y murcianos, en la Plaza de San Martín, 1; los gallegos, en la calle Fuencarral, 93; los aragoneses, en la calle Fuencarral, 103; los navarros y riojanos, en la Plaza de Salamanca, 3; los asturianos y montañeses, en la Carrera de San Jerónimo, 33; los andaluces, en la calle Mesón de Paredes, 80; los catalanes y valencianos, en la calle Toledo, 61; los extremeños, enla Plaza de la Cebada, 3; los castellanos, en la calle Preciados, 37; los vascongados, en la calle Gaztambide, 13; y los extranjeros, en la calle Puente de Vallecas, 36.

2.2. Juntas de Clasificación/depuración.

a) Territoriales: una en cada uno de los distritos o Juntas en se dividía administrativamente la ciudad y pueblos limítrofes. Distrito número 1 (Centro): Plaza Mayor, 3; Distrito número 2 (Hospicio): Augusto Figueroa, 45; Distrito número 3 (Chamberí): Plaza de Chamberí, 5; Distrito número 4 (Buenavista): Olózaga, 1.; Distrito número 5 (Congreso): Plaza de las Cortes, 5; Distrito número 6 (Hospital): Zurita, 46; Distrito número 7 (Inclusa): Plaza de Antonio Zozaya; Distrito número 8 (Latina): Carrera de San Francisco, 8; Distrito número 9 (Palacio): Tutor, 27; Distrito número 10 (Universidad): Alberto Aguilera, 20; Distrito de Cuatro Caminos: Jaén, 6; Distrito de Vallecas: Joaquín Salvaochea, 3.

b) Gremiales/profesionales: Dibujantes profesionales y fijadores de carteles, en calle Jorge Juan, 2;  los delegados e inspectores de trabajo, en el edificio del antiguo ministerio de Trabajo, sede del ministerio de Organización y Acción Sindical; los funcionarios del ministerio de Educación Nacional, debían presentar una instancia en el Registro General, solicitando su reingreso; los trabajadores de los periódicosLa Libertad y El Socialista, en la jefatura de Prensa -plaza del Callao, 4-; Servicio de Depuración del Cuerpo de Investigación y Vigilancia (C/ de Fernández de la Hoz, 43); autores dramáticos, líricos, cinematográficos, de ejecución y de variedades, en la plaza de Cánovas, 4; Juzgado depurador de funcionarios de Justicia (C/ San Bernardo, 17); Juzgado depurador del personal de tranvías (C/ Argensola, 8); loteros (C/ de Montalbán, 8); etc.

3. Campos de Concentración.

Según orden del Estado Mayor “todos los que prestaban servicio en primera línea deberán presentarse con toda urgencia en los campos de concentración”[7] abiertos en Madrid para su clasificación. El día 1 de abril habían sido ya recogidos por las fuerzas de ocupación 20.000 milicianos. En su libro Los Campos de Concentración franquistas. Entre la historia y la memoria, el historiador Javier Rodrigo[8] señala los siguientes: Antiguo campo de fútbol del Rayo Vallecano,[9] Carabanchel,[10] Cuartel de la Montaña, Cuartel Guzmán el Bueno, El Pardo, Estadio Metropolitano,[11] Pinar de Chamartín de la Rosa, Plaza de Toros de las Ventas y Depósito de Prisioneros Grupo Escolar Miguel de Unamuno.[12] A excepción de este último (abierto en 1939 se cerró en 1942), los demás campos de concentración duraron pocos meses, cerrándose a lo largo de 1939.

4.- Comisarías de distrito, cuarteles de la Guardia y Civil, locales de FE y de las JONS y otros centros de detención y tortura.

4.1.- Comisarías de distrito: Comisaría de Buenavista, en la calle Hermosilla, 24; Comisaría de Centro, en la calle Pontejos, 1; Comisaría de Chamartín de la Rosa, en la calle Bravo Murillo, 357; Comisaría de Chamberí, en el Paseo de la Castellana, 19; Comisaría de Congreso, en la calle Montalbán, 5; Comisaría de Cuatro Caminos, en la calle Juan de Olías, 15; Comisaría de Guindalera-Prosperidad, en la calle Cartagena, 152;[13] Comisaría de Hospicio, en la calle San Mateo, 25; Comisaría de Hospital, en la calle Santa Isabel, 7; Comisaría de Latina e Inclusa (fusionadas), en la plaza del Cordón, 2;[14] Comisaría de Palacio-Universidad, en la calle San Bernardo, 62; Comisaría de Vallecas, en la Avenida de la República, 21

4.2 Cuarteles de la Guardia Civil: Cuartel de la GC de Hortaleza, en la calle de las Heras;[16] Cuartel de la GC de Carabanchel, en el Paseo de Extremadura; Cuartel de la GC de Tetuán, en la calle Lino; Cuartel de la GC de Peñagrande, en la calle Joaquín Palacios;[17]Cuartel de la GC de Valdeconejos, en la calle San Gerardo, 2;[18]  Cuartel de la GC de Vallecas, en la calle Picos de Europa;[19] Cuartel dela GC en Villa de Vallecas, en la antigua Carretera de Valencia;[20] Cuartel de la GC de Villaverde, en la calle Sargento Barriga

4.3. Delegaciones de distrito de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.: Distrito número 1 (Centro): Flora, 1; Distrito número 2 (Hospicio): San Lorenzo, 15; Distrito número 3 (Chamberí): Eloy Gonzalo, 24; Distrito número 4 (Buenavista): Velázquez, 73; Distrito número 5 (Congreso): Fernanflor, 2; Distrito número 6 (Hospital): Valencia, 5; Distrito número 7 (Inclusa): Duque de Alba, 4; Distrito número 8 (Latina): Tabernillas 2; Distrito número 9 (Palacio): Arenal, 21; Distrito número 10 (Universidad): Glorieta de San Bernardo, 7.

4.3. Otros centros de detención y tortura. De acuerdo con los testimonios recogidos, citar: Dirección General de Seguridad, en la calle Serrano;[22] Dirección General de Seguridad-Gobernación, en la Puerta del Sol, actual sede del gobierno de la Comunidad de Madrid;[23]Jefatura de Policía, en la calle Jorge Juan, 5;[24] Comisaría de la calle Almagro, 39;[25] Comisaría de Fomento, 9;[26] Policía Militar del Centro, en la calle Núñez de Balboa 31;[27] Cuartelillo de la Plaza del Progreso;[28] Secadero de Pieles de Fuencarral, en la calle Manuel Villarta, 11;[29] Sección de Guerrilleros de la Policía Militar, en la Carrera de San Jerónimo;[30] Servicios de Información de Falange, en la Puerta del Sol, 2;[31] Servicio de Policía Militar, en la calle Núñez de Balboa, 66, etc.

5.- Cárceles:

Dada la ausencia de estudios específicos sobre las cárceles madrileñas, a excepción del realizado por Fernando Hernández para la de Ventas, resulta arriesgado avanzar una cifra sobre el número de personas que pasaron, a lo largo de su historia, por las diferentes cárceles madrileñas.[32] Tampoco sobre su vida interna o fallecidos. Sin embargo, en algo sí coinciden sus protagonistas al recordar su paso por estos centros: el hacinamiento existente, la proliferación de enfermedades, la falta de atención, el hambre, los malos tratos, las “sacas”, las charlas religiosas y misas, los himnos, etc.

  • Mujeres: Ventas, Quiñónes, Claudio Coello, Prisión Maternal en Instituto-Escuela, Prisión Maternal de San Isidro y Prisión Central de Madres Lactantes de Ventas.
  • Hombres: Porlier, Torrijos, Atocha, Barco, San Antón, Cisne, Santa Engracia, Santa Rita, San Lorenzo, Príncipe de Asturias, Comendadoras, Conde de Toreno, Duque de Sexto, Yeserías y Provincial de Carabanchel.
6.- Tribunales y juzgados:

Los Juzgados puestos en marcha en Madrid durante la posguerra fueron numerosos y de muy distinto tipo, la mayoría de carácter militar. Sin ánimo de ser exhaustivo, señalar tan sólo aquellos cuyo recuerdo perdura con más nitidez en la memoria de quienes fueron puestos ante ellos por defender la República, la libertad o la justicia social: el Palacio de Justicia de las Salesas, en la Plaza de la Villa de París[34] y el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo,[35] dirigido por Enrique Eymar Fernández

7.- Cementerios:

Final del recorrido para muchas de las víctimas de la represión. Vale lo dicho sobre las cárceles, disponiéndose en la actualidad, tan sólo de un estudio sobre los fusilados en el Cementerio del Este y parciales, extraídos de publicaciones como ABC o Mundo Obrero, sobre el cementerio Sur de Carabanchel. Señalamos en la relación los cementerios existentes en la capital, así como en los municipios anexionados a Madrid en los años 40-50:

Cementerio del Este o de la Almudena,[37] entre las avenidas de Daroca y de las Trece Rosas y la carretera M-23; Cementerio Civil, en la Avenida de Daroca, 50; Cementerio de Aravaca, en el Camino de la Zarzuela, s/n;  Cementerio de Barajas, en la Carretera del Cementerio Nuevo, s/n; Cementerio de Canillas, en la calle Silvano, s/n; Cementerio de Canillejas, en la calle Valderrobres, s/n; Cementerio Sur de Carabanchel;[38] Cementerio de Carabanchel Alto, en la calle Aguacate, s/n; Cementerio de El Pardo, en la Carretera de Mingorrubio, s/n; Cementerio de Fuencarral, en la Avenida de Montecarmelo, s/n; Cementerio de Vallecas, en la calle Pico de la Cierva, s/n;[39] Cementerio de Villaverde, en el Camino de Carabanchel a Villaverde, s/n; Cementerio Santa María la Antigua, en la calle San Cipriano, s/n
MADRID: LUGARES DE LA MEMORIA

Las prisiones localizadas ascienden a un total de 21 para el periodo considerado, 1939-1945. Cinco de ellas eran de mujeres y 16 de hombres.

Como ya señalábamos al inicio, las cárceles madrileñas de la posguerra son auténticos lugares de la no-memoria o del olvido, consciente por parte de los poderes públicos. Al hilo de la investigación, un hecho me ha llamado poderosamente la atención, la ausencia de información sobre la localización de estos centros en los organismos públicos y privados consultados, así como en las publicaciones sobre esta materia, habiendo tenido que recurrir a la memoria de las personas que vivieron entre sus muros o a sus allegados.

De las 21 cárceles consideradas, tan sólo la de Yeserías conserva una función penitenciaria: el Centro de Inserción Social “Victoria Kent”. El resto, se devolvieron a sus dueños, recuperando su anterior función -educativa/religiosa-, o se vendieron a promotores privados, ocupando su antiguo emplazamiento edificaciones de carácter residencial, caso de la prisión de Ventas, Conde de Toreno o la de Carabanchel, una vez puestos de acuerdo el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio del Interior sobre el futuro urbanístico de los terrenos ocupados por las instalaciones penitenciarias.

En la actualidad, se mantienen todavía en pie las edificaciones correspondientes a las prisiones de: Atocha, Barco, Carabanchel, Cisne, Claudio Coello, Comendadoras, Porlier, Príncipe de Asturias, Quiñones, San Antón, San Lorenzo, Santa Engracia, Santa Rita, Torrijos, Yeserías e Instituto Escuela. La de San Antón se encuentra sometida en la actualidad a un profundo proceso de reformas, estando prevista la sustitución de la cárcel de Carabanchel por un “recordatorio”, aún no definido. De las prisiones de Ventas, Conde de Toreno, Duque de Sexto y San Isidro no queda ningún rastro. Tan solo en la voluntad de los antiguos presos por conservar el recuerdo de lo ocurrido dentro de sus muros.

1.- Prisión Central de Madres Lactantes de Ventas

Instalada en 1945 en un pequeño rincón del ala sudoeste de la cárcel de Ventas en la calle Marqués de Mondéjar, 16-22. En 1960 fue trasladada al otro extremo, junto al hospital de Mujeres, hasta la clausura de conjunto penitenciario en 1969.

Taller de confección en la Prisión de Mujeres de Ventas durante una visita de una delegacion argentina en los años 40, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak (gracias, Fernando Mendiola).

2.- Prisión de Atocha

Instalada en el Colegio Salesianos de Atocha, Ronda de Atocha, 27. En la actualidad: Colegio Salesianos de Atocha.

Según Miguel Núñez, coincidió en esta cárcel, entre otros, con Julián Besteiro, José Robledano, Diego San José, Ángel Vírgala Sara y Estúlez. “Sufríamos uns condiciones horribles, que no son fáciles de describir: hacinamiento (cuarenta centímetros por persona, la extensión de dos ladrillos, como espacio para tumbarte y dormir), absoluta falta de higiene, un rancho infecto una vez al día, y no siempre.. Nos comían vivos, pese a nuestros intentos por limpiar y limpiarnos, los piojos y las chinches. Proliferaba la sarna, que intentábamos erradicar frotándonos todo el cuerpo cuando podíamos con zotal, único producto que, a veces, se nos concedía. Se comprende que, en aquellas condiciones, se produjeran algunos suicidios y que hubiese personas que se abandonaban hasta morir”. 
3.- Prisión de Barco

Situada en la calle del Barco, 24, en el edificio que habían ocupado los estudios de Discos Columbia. Junto a las de Ventas y Duque se Sexto son las únicas cárceles que aparecen citadas por el diario ABC a lo largo de 1939.[44] En la actualidad, residencial, con locales cerrados en planta baja.

Según Luis Garrido, en ella estuvo preso su padre, Julián. Un amigo de éste les contaría: “Vivíamos amontonados en muy poco espacio. Todos los días llegaban más detenidos con los que había que compartir los baldosines que pisábamos y la comida, pero lo que de verdad compartíamos era el hambre”.

4.- Prisión de Cisne

Situada en la calle o paseo del Cisne, 2 -actualmente Paseo de Eduardo Dato-, en Chamberí, ocupaba el Colegio de las Damas Negras. Durante la guerra fue hospital y cárcel del SIM. En la actualidad: Colegio Blanca de Castilla y edificios residenciales, en una parte de la primitiva parcela.

Entre otros, pasaron por esta cárcel Joan Català Balanyà[47] y Julián Besteiro, según se recoge en la web de la UGT: “Al entrar las tropas franquistas en Madrid, Julián Besteiro permaneció en su puesto en los sótanos del Ministerio de Hacienda, siendo allí detenido y obligado por los falangistas a hacer el saludo "brazo en alto". Besteiro se lo negó respondiéndoles que "a su edad le costaría mucho aprenderlo". Fue trasladado, en un precario estado de salud, a la prisión de Porlier y, posteriormente, a la de El Cisne. El 8 de julio, un Tribunal Militar le condenó a 30 años de reclusión mayor, siendo trasladado desde la cárcel de Dueñas, hasta la prisión de Carmona”

5.- Prisión de Claudio Coello

Prisión de mujeres, habilitada en el convento de Santo Domingo, en la calle de Claudio Coello, 112. En la actualidad: convento de Santo Domingo el Real y varias tiendas.

Entre las reclusas que pasaron por este centro se encuentran Carmen Caamaño,[49] Adela Gamella Cirilo[50] y Antonia García <Toñi>: “En Claudio Coello estuve también unos meses. Estábamos igual que en Ventas, quizá un poquito mejor, no estaban los váteres tan atascados y comunicábamos más a menudo”

6.- Prisión de Comendadoras

Llamada así por ocupar el Convento de las Comendadoras de Santiago, en la Plaza de las Comendadoras. En la actualidad, está siendo rehabilitado con fondos de la Comunidad de Madrid.

Según Ernesto Méndez Luengo: “Trasladado al convento-prisión de las Comendadoras de Santiago, vetusto caserón madrileño del siglo XVII con hechuras de penal de Inquisición, es allí Ernesto uno entre los más de tres mil presos que se aglomeran en las estrechas galerías de sus dos plantas”

Además de Ernesto Méndez, ocuparon sus celdas, entre otros: Felipe y Víctor Sánchez Sierra, el compositor Eduardo Rincón,José Hierro, etc.

7.- Prisión de Conde de Toreno

Estaba situada en la Plaza del Conde de Toreno, 2. En la actualidad, edificio de viviendas. En ella estaban recluidos los que habían pertenecido al S.I.M., al S.I.E.P., Servicio de Investigación Periférico, a unidades guerrilleras o a la policía.

Sería en esta cárcel en la que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo pintó la célebre cabeza del poeta Miguel Hernández, la cual acabaría dando la vuelta al mundo. Otros presos, fueron: José Cazorla, Melquisedez Rodríguez Chaos, etc.

8.- Prisión de Duque de Sexto

Habilitada en el convento que los RR.PP. Franciscanos tenían en la calle del Duque de Sexto, 5-7.En octubre de 1939, la iglesia fue abierta de nuevo al culto. En 1958 se cambió el nombre de la calle por el de Duque de Sesto. Actualmente, Parroquia de San Antonio del Retiro y dependencias parroquiales, en el número 9 de la citada calle.
                         
9.- Prisión de Porlier

Oficialmente Prisión Provincial de Hombres número 1. Estaba situada en la calle General Díaz Porlier, 58, en la manzana que forman la citada calle, y las de Padilla, Torrijos (hoy Conde de Peñalver) y Lista (hoy José Ortega y Gasset), ocupando las instalaciones del colegio Calasancio. Incautado al comienzo de la Guerra Civil, fue utilizado como albergue para niños abandonados y, a partir de agosto de 1936, como cárcel. En 1944, el edificio fue devuelto a los escolapios, cumpliendo hasta la fecha funciones educativas: Colegio Calasancio (C/ Conde de Peñalver, 51) y Colegio Universitario Cardenal Cisneros (C/ General Díaz Porlier, 58).

Según señala Marcos Ana en sus memorias: “El edificio de la prisión constaba de seis galerías, tras a cada lado y una especie de entresuelo que llamábamos <la provisional>”. En mayo de 1939, cuando Marcos Ana ingresó en Porlier, se hacinaban en aquel lugar más de 5.000 presos, entre otros: Manuel Asarta Imaz,  Julián Besteiro, Eugenio Mesón Gómez, Cipriano Mera, etc. En 1941, tras ser condenado a muerte en consejo de guerra, pasó a la tercera galería, “destinada a los condenado a muerte; éramos más de mil en ese momento”.

No sólo se fusilaba en los cementerios, también en la propia cárcel, a “garrote vil”: “Yo bajé varias veces para barrer y recoger las “notas de capilla” y subía descompuesto: en un rincón, tapado con una lona, mirábamos con espanto el instrumento del garrote, un siniestro “sillón” de madera y hierro en el que el verdugo, después de sujetar con un grillete la garganta de la víctima, giraba un enorme tornillo hasta romper el cuello del condenado”.

10.- Prisión de Príncipe o Príncipe de Asturias

Habilitada en el antiguo reformatorio Príncipe de Asturias, situado en la Finca de Vista Alegre, Carabanchel. En la actualidad ocupa estas instalaciones el IES Puerta Bonita.

Entre otros presos, ocupó sus celdas Víctor Sánchez Sierra, concejal comunista del Ayuntamiento de Madrid durante la guerra.

11.- Prisión de Quiñones

Antigua cárcel de mujeres de Madrid, cerrada por el gobierno de la República tras la construcción de la cárcel-modelo de Ventas. Fue reabierta por el franquismo como clínica psiquiátrica penitenciaria para mujeres. Se hallaba situada en la calle de Quiñones, 2, en el antiguo convento de Montserrat. Actualmente Priorato de Santo Domingo de Silos.

Según testimonio de María Vales, recogido por Tomasa Cuevas: “Cuando me llevaban a Yeserías, me extrañó las vueltas que daba el coche y dije: “Por aquí no se va a Yeserías”. Me dijeron: “Es que te queremos dar un paseo por Madrid”. “Tanta amabilidad me confunde”, contesté. Cuando llegué a la puerta del penal psiquiátrico de Quiñones, leí: “Clínica Psiquiátrica”, y entonces hice una escena. Como era una calle estrecha con balcones, toda la vecindad se asomaba cuando oían los coches, y cuando me agarraron entre dos, yo gritaba: “¡Lo que faltaba del fascismo, que me trajeran aquí!”.

Según señala Fernando Hernández, volvieron los grilletes, procedentes del museo penitenciario, ya que años antes habían sido desterrados por la República. Otra internada en esta cárcel fue Antonia García, de la JSU.

12.- Prisión de San Antón

Se encontraba habilitada en el antiguo colegio de San Antón, en la manzana existente entre las calles Hortaleza, Santa Brígida y Farmacia. Devuelto el edificio a los escolapios, mantuvo su función como colegio hasta 1989. En 1995, un incendio acabó con todo lo que quedaba de las viejas escuelas, excepto la fachada. En la actualidad, el Ayuntamiento tiene prevista la reforma-rehabilitación del edificio para sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y diversos equipamientos públicos.

Entre otros, pasó por esta cárcel: Luis Quesada Betebón, etc.

13.- Prisión de San Lorenzo

Ocupaba un antiguo colegio religioso existente en la calle de San Lorenzo. Actual Residencia Universitaria Patrocinio de San José, adscrita a la Congregación Siervas de San José, en la calle de San Lorenzo, 20.

14.- Prisión de Santa Engracia

Ocupaba las instalaciones del colegio Divina Pastora, situado en la calle de Santa Engracia, Chamberí. Al cerrarse la cárcel, el centro recuperó la función educativa. Aunque en algunos textos figura como dirección la calle Santa Engracia, 134, actualmente se corresponde con el 142.

15.- Prisión de Santa Rita

Estaba situada en la C/ Eugenia de Montijo, 53, Carabanchel, en el antiguo Reformatorio de Santa Rita. En 1941 se transformó en Prisión Central de Trabajadores, “... y fue lugar de ejecución de muchos fusilamientos de sentenciados por pertenecer a partidos o sindicatos republicanos. Los detenidos eran obligados a realizar trabajos forzados como la construcción del barrio de Comillas o de la nueva Prisión Provincial”.

Entre otros presos, estuvieron en ella: Eduardo de Guzmán, Braulio Farelo,  etc.

16.- Prisión de Torrijos

Antiguo convento de monjas habilitado como cárcel franquista. Estaba situada en la C/ de Torrijos, hoy C/ del Conde de Peñalver, 53, en el distrito de Salamanca. En la actualidad, el edificio es utilizado, como residencia de mayores, por la Fundación Dª Fausta Elorz. En su fachada hay una lápida recordando que en este lugar Miguel Hernández escribió La nana de la cebolla.

Junto a Miguel Hernández, pasaron por esta cárcel: Ignacio María Barriola,[ Germán Gardiazábal Blázquez, etc.

17.- Prisión de Ventas

Inaugurada en 1933 como encarnación del discurso penalista republicano, fue considerada en su época como cárcel-modelo de mujeres. Se encontraba situada en la C/ Marqués de Mondéjar, 16-18. En 1941 se elevó a la categoría de prisión central, dependiendo de ella las de San Isidro y Claudio Coello. A lo largo del verano de 1969 se procedió a su desalojo: en aquellas fechas sólo quedaban el Hospital Penitenciario de mujeres y el Centro Penitenciario de Maternología y Puericultura. Posteriormente el Estado se desprendió de la propiedad a favor de una sociedad bancaria, por trescientos millones de pesetas, la cual levantaría sobre el solar un complejo residencial.

Según testimonio recogido por Tomasa Cuevas: “Ventas era un edificio nuevo e incluso alegre. Ladrillos rojos, paredes encaladas. Seis galerías de veinticinco celdas individuales, ventanas grandes (con rejas, desde luego), y en cada galería un amplio departamento con lavabos, duchas y váteres. Talleres, escuela, almacenes (en los sótanos), dos enfermerías y gran salón de actos transformado inmediatamente en capilla. En cada celda hubo según dicen, una cama, un pequeño armario, una mesa y una silla. En el 39 había once o doce mujeres en cada celda, absolutamente desnuda, los colchones o los jergones de cada una y nada más. Todo vestigio de la primitiva dedicación de las salas había desaparecido: se había transformado en un gigantesco almacén, un almacén de mujeres”.

Entre otras, ocuparon como presas la cárcel de Ventas: Tomasa Cuevas, Juana Doña, Julia Manzanal, Matilde Landa,  las Trece Rosas, etc.



18.- Prisión de Yeserías

Se encontraba en el barrio de Delicias, entre las C/s de Juan de Vera, del Plomo y Batalla de Belchite. Actualmente: Centro de Inserción Social “Victoria Kent”.

Desfile de presos antifranquistas ante las autoridades de la cárcel de Yeserías, a mediados de los años 40.

Según Eduardo de Guzmán: “El 31 de diciembre de 1939 funcionan en Madrid las siguientes prisiones: Yeserías, Porlier, Conde de Toreno, Santa Engracia, Torrijos, Duque de Sesto, Ronda de Atocha, Barco, Cisne, Ventas, San Antón, San Lorenzo, Santa Rita, Comendadoras, Claudio Coello y Príncipe de Asturias. Todas se hallaban tan abarrotadas que los presos amenazan reventar sus recintos, teniendo muchas veces que dormir amontonados en un espacio de 35 centímetros de ancho por metro y medio de largo. En Yeserías, donde me encuentro pasan de seis mil los reclusos; en Ventas hay más de diez mil mujeres y varios millares más en cada una de las restantes prisiones”.

Además de Eduardo de Guzmán, estuvieron entre otros en esta cárcel: Antonio Molina Vázquez, Clemente Sánchez, y Miguel Núñez, quien a su vez cita a Domingo Girón, Ángel Diéguez, Larrañaga, Eugenio Mesón, Diego San José, Dicenta y Antonio de Ben. 

19.- Prisión Maternal de San Isidro

Destinada a mujeres embarazadas o con niños lactantes, bajo el férreo control de María Topete, fue inaugurada el 17 de septiembre de 1940. Estaba situada en el número 5 de la Carrera de San Isidro, en las proximidades del Puente de Segovia, junto al Manzanares. En la actualidad, edificio residencial a la entrada del Paseo de la Ermita del Santo.

Según testimonio de Petra Cuevas: “Aquella prisión junto al Manzanares daba la sensación de que era un chalet. Y lo gordo de eso es que las familias no te querían sacar de allí aunque lo pidieses por favor, porque consideraban que era una cárcel estupenda; claro, el locutorio era pequeño, se comunicaba bastante bien; luego, todos los días, la Topete ponía en el portal una lista de los buenos alimentos que nos daban, por ejemplo: un vasito de leche a media mañana, una comida especial sobre todo a las recién paridas. [...] Ni te daban leche ni Cristo que lo fundó”.
Se clausuró el 3de septiembre de 1945, siendo trasladadas las madres a un departamento de la prisión de Ventas, al que se denomina Prisión Central de Madres Lactantes.
20.- Prisión Maternal en Instituto-Escuela

Estaba situada en los Altos del Hipódromo, en el edificio que fue del Instituto Escuela de Madrid, que estaba vacío. Actualmente está ocupado por el IES Ramiro de Maeztu (C/ Serrano, 127). Fueron a parar allí parte de las mujeres encarceladas en Ventas que tenían niños.

Según testimonio de una comadrona, recogido por Tomasa Cuevas: “Ventas era como una masa de humanos. Al ser comadrona, trabajaba en la enfermería; como es lógico parían y abortaban mujeres, los niños eran una gran cantidad, porque al tener al padre preso y detener a la madre los traían con ella. Entre Sarampión, tos ferina, viruela, tifus, los niños empezaron a morirse y Carmen Castro, ante el hacinamiento de tantísimas mujeres, pidió que se abriera un sitio, para llevar a las madres con los niños”.

21.- Prisión Provincial de Carabanchel
Dado el estado en que se encontraba la antigua Modelo (y el hacinamiento de los presos políticos en Porlier) el Estado decidió la construcción de una nueva cárcel, para lo cual compró unos terrenos en Carabanchel. El 20 de abril de 1940 comenzaban las obras, interviniendo en ellas unos 1.000 penados, procedentes en su mayoría de la cárcel de Santa Rita. Fue inaugurada el 22 de junio de 1944 por Eduardo Aunós, ministro de Justicia, con capacidad para 2.000 internos. La cárcel tenía cuatro galerías y no siete (la tercera, la quinta, la sexta y la séptima). Poco tiempo después empezaron a llegar los primeros presos, procedentes de las cárceles de Porlier, Torrijos y Santa Rita. Tenía su entrada por la Avenida de los Poblados.

La cárcel de Carabanchel vista desde la calle Ocaña (2003). http://es.wikipedia.org

Según señala el historiador Carlos Fernández: “De los tres patios que Carabanchel tenía habilitados, el de la izquierda era donde salían los aislados en el período de entrada, de unos diez días, pudiendo hacerlo sólo una o dos horas al día. Las celdas eran compartidas tanto por presos políticos como comunes, entre estos abundaban desde atracadores, falsificadores, carteristas, homosexuales hasta los llamados vagos de quincena siendo el número de esos presos unos 1.200 en el verano del 45. El patio central era el más grande y donde mayor tiempo permanecían, ya que estaban desde la mañana después del recuento y de la diana, hasta cuando se retiraban por la noche. El tercer patio era el de los comunes, se dividía a su vez en dos galerías de planta baja donde se albergaron los talleres-reformatorios, una vez la cárcel se terminó de construir. [...] En las dos galerías de la planta baja no había agua y sólo contaban con cuatro retretes, pudiendo suponer las pésimas condiciones de habitabilidad e higiénicas que contaban los presos”.

Entre otros, estuvieron en esta cárcel, poco antes de ser fusilados en Campamento y enterrados en el cementerio Sur de Carabanchel, más de cuarenta guerrilleros: Cristino García, Manuel Castro, José Vitini, Pedro Sanz “Paco el Catalán”, Ángel Blázquez, etc.

Dejó de utilizarse en 1999, permaneciendo desde aquella fecha abandonada. El 16 de junio de 2008 el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un acuerdo por el cual en la superficie de la cárcel se construirán 650 pisos, un hospital, zonas verdes y oficinas del Estado. El 30% de los pisos serán de protección pública, y del restante el 90% de la venta se la embolsará e Estado y el 10% restante el consistorio. Asociaciones vecinales, organizaciones de defensa de la memoria histórica de la lucha antifranquista y personas de diversos ámbitos sociales y culturales formaron una plataforma para la creación de un Centro para la Paz y la Memoria en la antigua Cárcel de Carabachel. A pesar de las protestas el 23 de octubre de 2008 finalmente se inició el derribo de todo el complejo.

Antonio Ortiz Mateos