martes, 29 de enero de 2013

Abeba también es Malala

Abeba

Abeba Meresa tiene 17 años y vive en Ofla, una zona rural del norte de Etiopia, con su abuela, una hermana mayor y cuatro hermanos. Gracias a los grupos de mujeres formados en la comunidad y con colaboración de Ayuda en Acción se evitó que un matrimonio temprano le privara de finalizar sus estudios. Hoy Abeba es consciente de sus derechos y capaz de decidir por si misma su futuro.
Hace unos meses su abuela aceptó la oferta de una familia interesada en que Abeba se casase con uno de sus hijos, a quien ella no había visto antes. Abeba se negó a dar su consentimiento, con las siguientes palabras: “Tengo tan sólo 17 años y no tengo la intención de casarme tan pronto, y tampoco estoy dispuesta a casarme con un hombre al que apenas conozco”.
Decepcionada por la respuesta de Abeba y como castigo, su abuela le retiró sus cuadernos de ejercicios y los libros de texto. Pero Abeba continuó asistiendo a clase durante dos semanas, sin cuadernos ni libros de texto, esperando que su abuela reconsiderara su decisión. En la escuela comenzaron a sospechar pero ella sólo ponía excusas diciendo que se le olvidaban en casa o que los había perdido. Sin embargo, no pudo continuar ocultando la situación por mucho tiempo.
Pasadas las primeras semanas sin conseguir que su abuela compartiera su decisión, Abeba se acercó a Zewdie, líder del grupo de mujeres en Menkere Tabia, quien, junto a otras mujeres, había sido formada y estaba luchando contra la mutilación genital femenina, el matrimonio precoz y la violencia contra las mujeres. Al mismo tiempo, su maestro al conocer la situación lo puso en conocimiento de la coordinadora del comité escolar contra la violencia de género.
La respuesta no se hizo esperar y las mujeres del grupo y la maestra se organizaron para acompañar a Abeba en un encuentro con su abuela, donde hablaron sobre las consecuencias jurídicas y médicas de los matrimonios precoces. La abuela de Abeba se sorprendió y les explicó sus verdaderas intenciones y las expectativas que ella tenía con este matrimonio. Abeba recuerda que “ella quería que formara una familia y tuviera mi propia casa en caso de que muriera, pensando que ella era mayor y estaba cada vez más débil”.
Ese mismo día, el matrimonio fue cancelado y a Abeba recuperó sus cuadernos y libros de texto. Su paso valiente a la hora de defender sus derechos ha sido reconocido por la Oficina Distrital de Asuntos de las mujeres, de la Infancia y de la Juventud, por la escuela primaria de Menkere.
Abeba es solo un ejemplo de valentía y de la lucha diaria de muchas niñas y mujeres en todo el mundo. El derecho a la educación, a decidir libremente, a vivir en igualdad de condiciones son algunas de las batallas a las que aún las mujeres tienen que hacerle frente. 
Abeba es también una incansable en su empeño de ir a la escuela, como Malala Yusufzai, la joven pakistaní de 15 años que el pasado 9 de octubre recibí un disparo en la cabeza por poner en marcha una campaña que reivindicaba los derechos de las niñas a ir a la escuela.  Ayuda en Acción, junto a 80.000 ciudadanos y ciudadanas en España y a un grupo de diputados presentarán mañana la candidatura de Malala, ya un icono de la lucha por los derechos humanos y de las mujeres, al Premio Nobel de la Paz 2013. 
Estamos seguros que si Malala finalmente recibe el Nobel, será como si millones de niñas lo recibieran y vieran recompensada su lucha diaria. 
http://blogs.elpais.com/3500-millones/2013/01/abeba-tambi%C3%A9n-es-malala-.html

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