Malos vientos soplan para la comunidad gitana en
toda Europa. La extrema derecha, es decir, los nazis de toda la vida, nos persiguen
y nos matan en Hungría, en Grecia, en Eslovaquia, en Chequia… Y algunos
Gobiernos inequívocamente democráticos como puedan serlo el italiano, el
francés o el del Reino Unido están auspiciando políticas de dura represión
colectiva contra quienes, en la inmensa mayoría de los casos, no han cometido
más pecado que el de ser gitanos.
En el pasado hemos padecido una durísima represión
por parte del Gobierno del ex presidente francés Nicolás Sarkozy. Todo el mundo
recuerda su política deportadora de los gitanos rumanos y búlgaros. Política que
auspició en su etapa de ministro del interior y que culminó siendo presidente
de la República.
Quienes siguen la trayectoria de la Unión Romani saben
que en el verano de 2010 propiciamos la gran manifestación que congregó en las
calles parisinas a decenas de miles de ciudadanos franceses que protestaron
claramente contra aquella política abiertamente racista. Nos reconforta
recordar que junto a nosotros, en la cabecera de la manifestación, estaban los principales
líderes del partido Socialista, entonces en la oposición, junto a destacados
miembros del propio partido del señor Sarkozy que reprobaban aquella política
dura e inhumana. La reacción del mundo de la política activa y de la cultura se
posicionó clara y abiertamente a nuestro lado.
Y Llegó el presidente Holande sorprendiéndonos satisfactoriamente
en su campaña electoral. El entonces candidato socialista se opuso a las
deportaciones colectivas para defender que debían ser los jueces quienes en
procesos individualizados, determinarán si una persona debía ser deportada a su
país de origen. Cosa que nosotros siempre hemos dicho y defendido.
Los
gitanos y las gitanas que integramos la Unión Romani siempre hemos manifestado que ningún
país tiene que soportar en su seno a ciudadanos de otros estados miembro que
delincan gravemente o supongan un peligro para la pacífica convivencia
entre todas las personas. Así lo entendió la
Eurocámara que instó a a Francia a detener "inmediatamente" las
expulsiones de gitanos. La
resolución aprobada insiste en el derecho a la libertad de movimiento y
residencia de "todos" los ciudadanos de la Unión Europea. Los
eurodiputados mostraron su "profunda preocupación" por el uso de una
retórica "incendiaria y abiertamente discriminatoria" en los
discursos de algunos políticos que pudieran dar "credibilidad a las
declaraciones racistas" de grupos ultras.
Los Diputados europeos fueron
tajantes al condenar "profundamente" las medidas adoptadas "por
las autoridades francesas y de otros Estados miembros contra gitanos y nómadas
y orientadas a su expulsión" y advirtieron de que las deportaciones
"masivas" están "prohibidas" por la Carta de Derechos
Fundamentales --vinculante desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa-- y
que "violan las leyes y tratados de la UE".
El
ministro del interior francés es un peligro para la pacífica convivencia entre
todos los europeos
Que el ministro del
interior francés sea un peligro para la pacífica convivencia entre todos los
europeos es algo que decimos los gitanos de la Unión Romani con
fundamento. Su política represora contra las minorías, y concretamente contra
los gitanos, tiene gravísimos antecedentes en la historia de Europa. Su
discurso populista en esta materia tiene ejemplos de nefasto recuerdo en la
historia reciente del viejo continente. Y cuando se atreve a decir que los
campamentos donde malviven los gitanos deben ser desmantelados y expulsados
porque generan "mendicidad y delincuencia" está diciendo las mismas
cosas que dice la extrema derecha racista y xenófoba claramente identificada en
Francia con el Partido de Le Pen. Para Manuel Valls , la solución pasa por la expulsión de
Francia ─seguro que a él se le ocurren otras soluciones que no se atreve a
decir─ ya que su integración en Francia es difícil porque tienen
"costumbres diferentes".
Es imposible decir esas cosas y
no echarse uno a temblar. Manuel
Valls que sin duda habrá leído La pensée sauvage, de Lévi-Strauss, se ha debido sentir
identificado con las sociedades primitivas que fijan las fronteras de la
humanidad en los límites del grupo tribal, fuera del cual sólo perciben
extranjeros, subhombres sucios y toscos, inclusive nohombres, animales
peligrosos, etcétera. Gracias a Dios los ciudadanos franceses no tirarán por la
borda el prestigio y el compromiso que para ellos supone ser los padres de la
Revolución que hizo posible la instauración en el mundo de los Derechos del
Hombre.
El Gobierno español ha decidido
condecorar al ministro francés de Interior, Manuel Valls , con la Gran Cruz de la Orden
del Mérito Civil por los "servicios extraordinarios" prestados en
favor de España. Manuel
Valls, de origen español, ha manifestado en multitud de ocasiones la adhesión
de su departamento a las políticas que en materia de lucha antiterrorista
desempeña el Gobierno de Mari ano
Rajoy. "La agenda de España es la agenda de Francia", ha dicho en
varias ocasiones en relación a este asunto.
Nada tenemos que objetar a este
respecto. El gobierno de España es muy libre de condecorar a quien quiera, ¡no
faltaba más! Tan solo nos lamentamos de que el momento escogido sea precisamente este en
el que la opinión pública mundial se ha manifestado contra este personaje que
ha sido capaz de sacar de un autobús escolar a una joven gitana de 15 años, que
llevaba casi cinco años viviendo en Francia y a la que le faltaban tan solo dos
meses para legalizar su situación administrativa y conducirla directamente al
infierno que para muchos gitanos y gitanas supone la vida en Kosovo.
Juan de
Dios Ramírez-Heredia
Abogado y periodista
Presidente de la Unión Romani
Española
Vicepresidente de Unión Romani
Internacional
0 comentarios:
Publicar un comentario